Los lunes del buen siniestrita, o cómo tener la conciencia limpia para toda la semana.
El buen siniestrita reflexiona el día de Navidad al estilo elegantemente siniestrita.
Felices fiestas. Que crezcan muchas plantas, muchas hierbas, muchos pájaros, muchas lagartijas, muchos escarabajos, muchas vacas, muchos leones, muchos camaleones muchos tejones, muchos lirones, muchos limones, muchos hurones, muchas…, por ejemplo, porque rima, muchas religiones, dice el buen siniestrita. Convivan aquí y allí el cristiano, el musulmán, el judío, el…, cáspita, el…, el…, bueno, tres es un buen número...
Excelente lección de diversidad: Cristianismo e Islam, las grandes segadoras de plantas, hierbas, pájaros, lagartijas, escarabajos, las grandes cazadoras de leones, camaleones, tejones, lirones, limones, hurones.
lunes, 25 de diciembre de 2006
lunes, 18 de diciembre de 2006
18 Diciembre. La manquedad
Los lunes del buen siniestrita, o cómo tener la conciencia limpia para toda la semana.
En la anterior ocurrencia (véase abajo) el buen siniestrista analizaba exhaustivamente la manquedad. . Todos somos mancos, decía el buen siniestrita. Manco de derecha o manco de izquierda. Pero aquí está el lío. Si alguien es manco de derecha, quiere decir que le falta el brazo derecho, entonces usa el brazo izquierdo. Y si es manco de izquierda, quiere decir que le falta el brazo izquierdo, entonces usa el brazo derecho. ¿Será mejor entonces decir mancos a la izquierda, para los que les falta el brazo derecho, y mancos a la derecha, para los que les falta el brazo izquierdo? Ufff, qué lío.
Desde luego, dice el buen siniestrita, estos sucios capitalistas han manipulado el lenguaje durante milenios y somos esclavos de las palabras. No, no se puede andar con tantas sutilezas lingüísticas, hay que ser pedagógicos. Es preciso cambiar el lenguaje, cortar todos los brazos derechos. ¿O los izquierdos?
En la anterior ocurrencia (véase abajo) el buen siniestrista analizaba exhaustivamente la manquedad. . Todos somos mancos, decía el buen siniestrita. Manco de derecha o manco de izquierda. Pero aquí está el lío. Si alguien es manco de derecha, quiere decir que le falta el brazo derecho, entonces usa el brazo izquierdo. Y si es manco de izquierda, quiere decir que le falta el brazo izquierdo, entonces usa el brazo derecho. ¿Será mejor entonces decir mancos a la izquierda, para los que les falta el brazo derecho, y mancos a la derecha, para los que les falta el brazo izquierdo? Ufff, qué lío.
Desde luego, dice el buen siniestrita, estos sucios capitalistas han manipulado el lenguaje durante milenios y somos esclavos de las palabras. No, no se puede andar con tantas sutilezas lingüísticas, hay que ser pedagógicos. Es preciso cambiar el lenguaje, cortar todos los brazos derechos. ¿O los izquierdos?
lunes, 11 de diciembre de 2006
11 Dicembre. La manquedad
Los lunes del buen siniestrita, o cómo tener la conciencia limpia para toda la semana.
El buen siniestrita tiene a orgullo ser manco y considera que todo el mundo es manco: manco de derechas o manco de izquierdas. ¿Que hay quien utiliza los dos brazos y las dos piernas? Imposible, no existen ese tipo de hombres ambidiestros o ambipernales. A quién se le ocurre decir tal tontería. Esa gente quiere engañarnos con apariencias. Son mancos de derecha, hombre.
El buen siniestrita tiene a orgullo ser manco y considera que todo el mundo es manco: manco de derechas o manco de izquierdas. ¿Que hay quien utiliza los dos brazos y las dos piernas? Imposible, no existen ese tipo de hombres ambidiestros o ambipernales. A quién se le ocurre decir tal tontería. Esa gente quiere engañarnos con apariencias. Son mancos de derecha, hombre.
lunes, 4 de diciembre de 2006
4 Diciembre. Para ser buen conductor.
Los lunes del buen siniestrita, o cómo tener la conciencia limpia para toda la semana.
El decálogo del buen siniestrita que ama el progreso es muy sencillo: para progresar, a la izquierda, luego a la izquierda, luego a la izquierda y luego a la izquierda.
Seguro que a alguien ya se le ha ocurrido antes formular el anterior teorema, que no aporía, del buen siniestrita, que explica con total exactitud la noción de “progreso seguro”.
Lo bueno del anterior teorema, que no aporía, es que no vale para los que giran a la derecha, luego a la derecha, luego a la derecha, luego a la derecha. Éstos se caen por un barranco. Y mucho menos para los que giran primer a la izquierda, luego a la derecha, luego a la izquierda, luego a la derecha. Éstos se caen por un precipicio.
El decálogo del buen siniestrita que ama el progreso es muy sencillo: para progresar, a la izquierda, luego a la izquierda, luego a la izquierda y luego a la izquierda.
Seguro que a alguien ya se le ha ocurrido antes formular el anterior teorema, que no aporía, del buen siniestrita, que explica con total exactitud la noción de “progreso seguro”.
Lo bueno del anterior teorema, que no aporía, es que no vale para los que giran a la derecha, luego a la derecha, luego a la derecha, luego a la derecha. Éstos se caen por un barranco. Y mucho menos para los que giran primer a la izquierda, luego a la derecha, luego a la izquierda, luego a la derecha. Éstos se caen por un precipicio.
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