domingo, 28 de octubre de 2007

La buena memoria histórica

El buen siniestrita, que estudió literatura, además del oficio de zapatero, sabe que el burgués y la derecha han manipulado el lenguaje desde siempre. Por eso utiliza las palabras al revés que el diestrita y al revés que aquel que dice que no es diestrita ni siniestrita (pobrecito, ignora que es diestrita), de la misma manera que el brazo izquierdo piensa al revés que el brazo derecho, lo cual es una verdad de Perogrullo para el buen siniestrita.
¿No son antiquísimas y certísimas las paradojas “la música callada”, “el silencio sonoro”, “el dolor placentero”, depositadas en lo mejor de la poesía española y mundial? ¿No existen pistas aéreas, vacas marinas, castillos en el aire? Entonces, ¿por qué no han de tener algo de razón las geniales paradojas que usan los zapateros remendones cuando remiendan los zapatos: “zapatos zapatilleros”, “botas alpargateras”, “mocasines con taconazo”?
Si el diestrita, o ese ingenuo que dice no ser diestrita ni siniestrita, afirma que MEMORIA e HISTORIA son conceptos contrarios, por ser la memoria algo puramente individual y por ser la historia cosa de los historiadores y de las escuelas, el buen siniestrita afirmará que son partes de una misma acción paradójica. Por eso creará la paradoja MEMORIA HISTÓRICA y la añadirá a su lista de paradojas zapateras:
TREGUA CON BOMBAS (a propósito del atentado de ETA a la T4)
ATENTADO ACCIDENTAL
DAR DE COMER AL HAMBRIENTO JUANA DE CHAOS
OTEGUI HOMBRE DE PAZ
NACIONALISMO MODERADO

sábado, 27 de octubre de 2007

La buena memoria histórica

Es de sobra conocido que para el buen siniestrita la memoria no es una facultad del cerebro humano sino del cerebro del Estado. El cerebro del Estado tiene circunvalaciones como el humano, pero muchísimo más complejas y perfectas, sobre todo en la zona cerebral donde se aloja la memoria. En esta zona, allá por el hipotálamo estatal, las pistas y galerías blanquecinas del cerebro son límpidas, diáfanas, claras. En cambio, en la zona correspondiente del cerebro humano, las pistas y galerías son oscuras, retorcidas y obstaculizadas por minusculísimos capilares, lo que lleva al desalentador espectáculo de que ante unos mismos hechos, por ejemplo, la guerra civil, las personas, tozudas ellas, recuerden de mil formas distintas y añadiendo a los recuerdos sinfín de emociones y valoraciones.
Y tales científicas evidencias tienen como consecuencia segunda que por ley el cerebro del Estado, con sus circunvalaciones tan límpidas, diáfanas y claras, deba implantarse en el cráneo humano después de haber extraído de éste el cerebro humano. Así y para siempre por siempre jamás, felizmente sólo habrá una manera de recordar nuestra infancia, nuestra primera relación sexual, nuestro primer año en la universidad y, por supuesto, nuestra guerra civil española. Amén.
Un mundo feliz, A. Huxley

lunes, 15 de octubre de 2007

El buen ciudadano

Los lunes del buen siniestrita, o cómo tener la conciencia limpia para toda la semana.

En el vídeo de las Juventudes Socialistas en que se parodia el popular juego de Pasapalabra, hay, contrariamente a lo que parece, tres personajes, dos individuales y uno colectivo. Los dos personajes individuales son la muchacha sabidilla y el pijo de Lacoste. El tercer personaje colectivo es el subnormal profundo que está detrás de la cámara, que representa al productor, guionista y director del vídeo.

lunes, 8 de octubre de 2007

Falacias nazis

Del buen siniestrita, o cómo tener la conciencia limpia para toda la semana.

"…conseguir la adhesión voluntaria, sensible e inteligente del alumnado a nuestra lengua".

Palabras de Ernest Maragall, Consejero de Educación de la Generalitat de Cataluña (El Mundo, 14-09-2007, a propósito del decreto 142/2007 de 26 de junio del Departamento de Educación)