Los lunes del buen siniestrita, o cómo tener la conciencia limpia para toda la semana.
Todo, todo se puede explicar, dice el buen siniestrita, a propósito de un desgraciado suceso ocurrido a fin de año.
Todo, todo se puede solucionar con palabras, dice el buen siniestrita, a propósito de un desgraciado suceso ocurrido a fin de año .
Por algo el buen siniestrita es un hombre culto que estudió literatura y aprendió, además del oficio de zapatero, que existe una figura literaria llamada “paradoja”. ¿No son antiquísimas y certísimas las paradojas “la música callada”, “el silencio sonoro”, “el dolor placentero”, depositadas en lo mejor de la poesía española y mundial? ¿No existen pistas aéreas, vacas marinas, castillos en el aire? Entonces, ¿por qué no han de tener algo de razón las geniales paradojas “pacto de pape”l y “alto el fuego con bomba”?
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