Los lunes del buen siniestrita, o cómo tener la conciencia limpia para toda la semana.
El buen siniestrita ha comenzado ya su revolución lingüística, contagiada a diestritas, e inicia siempre sus intervenciones con el armonioso, elegante y sofisticado saludo “queridas y queridos siniestritas y siniestritos”. También ha comenzado ya su particular revolución científica, basada en su revolución educativa LOGSE: “las matemáticas son extremadamente insensibles a la realidad social y complejas, difíciles de entender para el niño; no deben existir las sumas de números desiguales (3+1; 3+2; 45+10); todas las sumas lo serán de números iguales (2+2; 3+3; 4+4); el resultado será siempre, siempre, siempre par, igualitario y justo y nunca impar, número desagradablemente injusto y desigual”.
Por eso, en los equipos de gobierno siempre habrá el mismo número de siniestros que de siniestras, cultos, cultas.
lunes, 29 de enero de 2007
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